SOMATIZACIÓN

  • ¿Qué es la somatización?

Consiste en una serie de dolores y síntomas físicos que surgen a consecuencia de un problema emocional. Generalmente la persona tiene dificultades para gestionarlo y el organismo lo convierte en diferentes síntomas. Es decir, lo Psico- Somático sería la actuación de la mente sobre el cuerpo, esta actuación no es a nivel consciente y la sintomatología es real.

  • ¿Qué síntomas puede tener una persona que esté somatizando?

Existen una variedad de síntomas, los más comunes son:

  • Dolor de cabeza.
  • Dolor cervical o muscular.
  • Bruxismo.
  • Problemas gastrointestinales.
  • Dolor en las articulaciones.
  • Dificultades respiratorias.

Es posible que algunos de estos síntomas aparezcan cuando la persona está atravesando una época de estrés, un evento traumático o un duelo. Si este es el caso, es natural que los tengamos y estaríamos ante una respuesta transitoria. Sin embargo, debemos prestar atención a la intensidad y la duración; si la somatización aparece de forma recurrente, es intensa o interfiere con otro problema de salud, lo recomendable es poder tratarlo a nivel psicológico.

  • ¿Cómo se trabaja la somatización en terapia?

En primer lugar es muy importante una buena evaluación. Dentro de esta, se descarta que haya alguna causa física en el resto del organismo con el especialista médico correspondiente.

Una vez descartado, se evalúan aspectos de personalidad, estilo educativo, modelo de crianza, pensamientos irracionales, gestión emocional y aspectos que la psicóloga considere que pueden estar interfiriendo (el autocuidado, hábitos saludables…).

Posteriormente, se hace una propuesta de intervención, teniendo como base principal los objetivos acordados por ambas partes.

Si te has sentido identificado/a y te gustaría saber más acerca de la somatización y el proceso terapéutico, ponte en contacto aquí:

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Texto reflexivo sobre la somatización.

(sin autor)

El cuerpo habla de lo que la boca calla.

La nariz gotea cuando el cuerpo no llora.

El dolor de garganta obstruye, cuando no

es posible comunicar las angustias.

El estómago quema cuando la ira no puede salir.

La diabetes invade cuando la soledad duele.

El cuerpo engorda, cuando la insatisfacción tiembla.

El dolor de cabeza deprime, cuando las dudas aumentan.

El corazón se da por vencido, cuando el significado

de la vida parece terminar.

La alergia aparece, cuando el perfeccionismo

queda intolerante.

Se rompen las unas cuando las defensas

se ven amenazadas.

El pecho se aprieta cuando el orgullo esclaviza.

La presión arterial se eleva, cuando

el miedo aprisiona.

Las neurosis esclavizan cuando el niño

interior tiraniza.

La fiebre se calienta, cuando las defensas

detonan los límites de la inmunidad.