Continuamente, casi a diario, escucho en consulta la palabra autoestima. Normalmente va acompañada de alta o baja, buena o mala… pero ¿Qué entendemos por autoestima?
Es compleja de definir, porque no es solamente la idea social que nos lleva a pensar en un físico o en una sensación de bienestar.
La autoestima es esa valoración que hacemos de nosotros mismos, para eso tenemos que tener en cuenta que se verá influenciada por nuestro estado emocional y estará basada en el autoconcepto. Este está formado por la idea que tenemos de nosotros mismos, quiénes y cómo somos. Sin embargo, la autoestima sería el valor que le damos a esa definición.
Empieza a formarse desde la infancia, en las etiquetas que nos ponen, los halagos que nos hacen, e incluso en la evaluación que hacemos de las emociones del adulto, como resultado de nuestro comportamiento. Por ejemplo, una niña observa como su padre se enfada cuando ella le dice que no le gusta una determinada comida y este le explica que es una caprichosa y una quejica… La niña aprenderá a través de estos comentarios y otros como “eres muy buena por comerte ese plato”, “haces muy feliz a papá” etc, que su necesidad y su emoción han de ser reprimidos para obtener el bienestar del otro y que la situación sea agradable. De esta forma, reproducida en diferentes ejemplos y contextos a lo largo del tiempo, la niña se acostumbrará a evaluar qué necesita el otro para poder aceptarle y probablemente, atienda esa necesidad antes que la suya e incluso se sienta culpable si se prioriza a sí misma. Este es el inicio de la dependencia emocional y la baja autoestima.
Escucho “me importa mucho lo que los demás piensen de mí”, “quiero destacar, me comparo con otros porque creo que me ayuda a mejorar”… El resultado es el mismo, estás poniendo el foco en el otro y no en ti mismo. Es importante que te escuches, que veas cómo te relacionas contigo mismo a través de ese diálogo interno, que observes si te das prioridad, si pones límites… Trabajar la autoestima requiere de tiempo y conciencia.
¿Cómo puedo saber si mi autoestima está dañada? Puede expresarse de diferentes formas, normalmente entramos en un estado emocional de apatía, desgana y pérdida de ilusión. Estamos cansados y sentimos que llevamos el peso de la relación de pareja, familiar, etc…Tendemos a pensar que podría ser un trastorno del estado del ánimo, pero tras la evaluación psicológica, observamos que es la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos, cómo estamos hablándonos, si validamos lo que sentimos… Por supuesto, se trabaja en paralelo con ideas irracionales, limitantes, diálogo interno, aprender a poner límites… pero la base es la relación de amor, cuidado y validación hacia nosotros mismos.
Es posible que te hayas sentido reflejado en algunos de estos comentarios, la autoestima es algo que todos tenemos y que nos cuesta ser conscientes u objetivos en su valoración. Trabajarla depende de nosotros mismos. En mi caso, a pesar de tener conocimiento en el tema, me costó identificar que caía en priorizar el bienestar del otro. Además, solía justificar ese comportamiento para no validarme o poner límites… un ejemplo de mi pensamiento era: “entiendo que me esté gritando porque su historia no ha sido fácil”. Está bien ser empáticos, pero es importante priorizarse y poner límites para que no antepongamos el bienestar del otro por encima del mío. Esto no es ser egoístas, al contrario, es poder reconocer cómo nos sentimos para tener relaciones de calidad donde las dos partes se permitan ser empáticas y tenidas en cuenta.
Si quieres ampliar información, trabajar tu autoestima o hacer alguna consulta, ponte en contacto con nosotras.